Los pioneros del muralismo
La vanguardia
El primer intento de crear un movimiento mural en el siglo XX tuvo lugar en el Centro Artístico, una organización de jóvenes pintores fundada en 1910 y capitaneada por Gerardo Murillo, Dr. Atl, quien, debido a su conocimiento de los frescos del Renacimiento, generó en los miembros de esa agrupación el deseo de pintar en los muros.
El muralismo como movimiento comenzó cuando José Vasconcelos, rector de la Universidad Nacional fue nombrado Secretario de Educación Pública. Su proyecto educativo cultural estuvo dirigido a una población que en su mayoría era analfabeta, consecuentemente les asignó a las imágenes su función didáctica, papel que también jugaron en su momento los frescos del Renacimiento.
De acuerdo con la visión vasconcelista, la civilización debería lograr la unidad nacional y procurar la unificación entre los países de América Latina, la cual se lograría con base en la herencia cultural común, particularmente la española: idea cercana a la que Simón Bolívar proyectaba desde las independencias de esas naciones.
Una vez pasada la Revolución Mexicana, Vasconcelos reunió a un grupo de artistas para dar cuerpo a su expresión pictórica en los muros de edificios públicos. El movimiento muralista mexicano, como fue conocido, fue la primera aportación artística de vanguardia de México al mundo.
Las primeras sedes fueron en la Sala de discusiones libres y los muros del patio del Colegio Máximo San Pedro y San Pablo, donde Roberto Montenegro, el Dr. Atl y Xavier Guerrero realizaron murales.
En la Escuela Nacional Preparatoria, hoy museo del Antiguo Colegio de San Ildefonso, la aportación de cuatro jóvenes artistas, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas, Fernando Leal y Jean Charlos, fue fundamental. Estos artistas que también fueron partícipes en diversos movimientos vanguardistas en los primeros años del siglo XX, representaron en los muros por primera vez la conquista de México, la idiosincrasia del pueblo, así como las costumbres producto del sincretismo cultural. Diego Rivera por su parte, pintó los muros del Anfiteatro Bolívar de la misma preparatoria, con el estilo bizantino.
Carlos Mérida plasmó su obra en la entonces Biblioteca infantil de la SEP y Carlos Orozco Romero en el Museo Regional de Guadalajara. El primero acercó a los infantes a este género artístico, con una temática y un estilo que podía denominarse americanista. El segundo, desde ese momento que el muralismo también fue regional, motivo por el cual Orozco Romero también fue considerado uno de los “dieguinos”.
El Museo Mural Diego Rivera, plantea en la exposición Los pioneros del muralismo. La vanguardia. Dar a conocer la producción artística de los entonces jóvenes muralistas, para que en la actualidad se pueda comprender de manera integral, la producción plástica del México de esos años. Con ello, se reconoce la trayectoria que permite forjar nuevas rutas de análisis en la historia del movimiento muralista mexicano.