24 de noviembre, 2017

El trabajo de Diego Rivera difundió la historia y cultura de su patria, siempre estuvo enfocado en los temas de la antigüedad prehispánica y la vida del pueblo obrero y campesino, fue un gran promotor del Marxismo, considerable creador de espacios historiográficos, miembro del Ateneo de la Juventud y pieza fundamental en la escena muralista. Rivera fue un gran promotor del arte mexicano, por ello se le confiere la envergadura de ser recordado como una distintiva figura histórica. Acorde a sus últimos deseos, él quería ser sepultado a lado de su gran amada y esposa Frida Kahlo, sin embargo, la demanda política de aquel tiempo impidió cumplir aquel anhelo.

Actualmente se encuentra sepultado en La Rotonda de las Personas Ilustres, ubicada en el panteón de Dolores. Se puede visitar su mausoleo, idea de su última esposa Ema Hurtado y construida por el ingeniero Juan Hurtado, en su mausoleo está dispuesto el busto que le realizara en su último viaje a Rusia (1955-1956) el artista Nikolái Vasilyevich Tomsky, también se encuentra un mosaico elaborado por Ramon Sánchez García.

Diego Rivera nos legó una gran cantidad de obra plástica, entre las que se incluyen murales, pinturas y dibujos. Alentador de la cultura antigua de México, construyó un museo-pirámide, Anahuacalli, depositaria de una gran parte de su obra y su colección de figuras prehispánicas.

El Museo Mural Diego Rivera que resguarda uno de los murales más trascendentes del artista, titulado Sueño de una tarde dominical en la alameda central, conmemora el sexagésimo año de luto de Diego Rivera gran pintor postrevolucionario y difusor de la cultura histórico- artística del país.